Vamping, el fenómeno tecnológico que absorbe tus horas de sueño
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El teléfono nos acompaña prácticamente las 24 horas del día. Nos comunica con los demás, informa de la actualidad, avisa de nuestras citas...
El teléfono nos acompaña prácticamente las 24 horas del día. Nos comunica con los demás, informa de la actualidad, avisa de nuestras citas, permite hacer operaciones bancarias, escuchar música… Todo está dentro de los móviles. Y cuando llega la noche… Seguimos conectados. A oscuras, en la cama, privándonos de horas de sueño.
Hoy, la cultura del “-ing” ha hecho que se le conozca como vamping, un fenómeno tecnológico que reduce la calidad del sueño y afecta a nuestro descanso diario.
Es más, especialistas de la Unidad del Sueño de la Clínica Universidad de Navarra advierten de que esa alteración influye en la calidad del sueño y aumenta la sensación de hambre. De hecho, explican que este fenómeno tecnológico produce un desorden del apetito, “ya que aumenta la sensación de hambre e induce a comer más, sobre todo dulces”, según informa la agencia Efe.
El origen del vamping
El término surge de unir la palabra vampiro en inglés, vampire y texting, que es la acción de escribir en el teléfono. ¿Te sientes identificado? El principal problema es que estar conectado al teléfono a oscuras nos desvela y nos quita tiempo que deberíamos invertir en dormir.
Y esto ocurre en los adultos, pero también en los adolescentes, pues es habitual verles por la noche mandando mensajes por Whatsapp, leyendo en el Ipad, consultando redes sociales, viendo vídeos o jugando. Desde el Child Mind Institute establecen la cantidad óptima de sueño para adolescentes en 9 horas por noche. Ese es el nivel que permite que “el cuerpo de un adolescente funcione de manera óptima, sea física, mental y cognitivamente saludable”, explican.
Cómo afecta el vamping a la salud
El vamping afecta a la glándula pineal, encargada de producir melatonina, la hormona que regula el ciclo sueño-vigilia. La luz azul de onda corta que emiten los dispositivos electrónicos es muy parecida a la luz natural cuando es de día. Tal y como explican desde la clínica del sueño Estivill, esta luz azul “inhibe la producción de melatonina, la hormona del sueño. Al no generar melatonina aparece el insomnio o lo que llamamos fase retrasada del sueño, entre otros problemas que podrían agravarse”.
Es decir, si el cuerpo no produce melatonina, nos cuesta conciliar el sueño y dormimos poco y mal. ¿Y cuáles son las consecuencias? Que estamos irritables, aumenta la sensación de estrés, nos provoca cansancio y estamos faltos de energía.
A eso se suman los contenidos que vemos en el teléfono, como los audios, vídeos e imágenes, que pueden alterarnos y hacen que nos preocupemos o sigamos pensando y dando vueltas a ciertos temas del día en lugar de descansar.
Consejos “anti–vamping”
- Utiliza una luz suave en la habitación.
- Limita al máximo la presencia de los aparatos electrónicos en la habitación e intenta reducir su uso un par de horas antes de ir a dormir. Ojo, ver la televisión también se considera vamping.
- Procura leer antes de dormir.
- Puedes usar filtros para la luz azul de las pantallas del teléfono.
Intenta no estar con el teléfono mientras hablas con tus hijos. Hay que predicar con el ejemplo
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