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Las uñas son una estructura protectora de la piel con forma de lámina dura, resistente y traslúcida. Son imprescindibles para proteger los extremos de los dedos de traumatismos, roces y agresiones mecánicas y biológicas. Nos ayudan a mantener el equilibrio...
Las uñas son una estructura protectora de la piel con forma de lámina dura, resistente y traslúcida. Son imprescindibles para proteger los extremos de los dedos de traumatismos, roces y agresiones mecánicas y biológicas. Nos ayudan a mantener el equilibrio al caminar, participan en la precisión del tacto y nos permiten realizar funciones como el rascado.
Por otro lado, no debemos olvidar que la estética de las uñas es un claro rasgo de la personalidad, imagen y forma de vida de cada persona, y que también pueden revelarse como indicadores de problemas de salud. Se pueden sacar conclusiones clínicas observándolas, desde signos de carencias nutricionales hasta enfermedades.
Las uñas de las manos crecen a un ritmo medio de 0.1 mm/día (en la infancia es algo mayor 0,15 mm/día y en la tercera edad disminuye un poco 0,06 mm/día) completando su ciclo de crecimiento en un periodo de 6 a 8 meses. Las uñas de los dedos de los pies crecen entre un tercio y un cuarto más lentamente. Recuperar una uña de los dedos de las manos tarda entre cinco y seis meses y una de los pies, entre quince y dieciocho meses. Este ritmo de crecimiento varía en función de la edad, el sexo, la estación del año (crecen más rápido durante el verano), el estado fisiológico, componentes hereditarios, el nivel de actividad, la alimentación que llevemos, etc.
El grosor de las uñas varía desde los 0.5 mm en las manos hasta los 1.3 mm en los pies.
La uña sana es flexible (se dobla sin romperse), pero dura (resistente a traumatismos).
En las uñas podemos reconocer diferentes estructuras:
- Matriz: es la parte proliferante y viva de la uña. Ubicada en la base de esta.
- Lámina ungueal: parte visible. Formada aproximadamente de 150 capas de queratina superpuestas.
- Lecho ungueal: piel situada debajo de la lámina ungueal y encima de los vasos sanguíneos que lo alimentan, proporcionando el color rosado a la uña.
- Pared ungueal (perioniquio): área de transición entre la lámina ungueal y la piel circundante. Esta pared tiene una función protectora importante, ya que evita que bacterias y hongos puedan introducirse bajo la uña e instalarse en el lecho ungueal.
- Cutícula: tejido que rodea la base de la uñas y se superpone a la lámina. Está formado por células muertas.
- Lúnula: media luna blanquecina de la uña.
- Borde libre de la uña: parte que cortamos. No está unida al lecho de la uña.
Las uñas están formadas fundamentalmente por una proteína fibrosa denominada queratina, que es rica en azufre, cistina (que le confiere resistencia y dureza a la uña), lípidos (colesterol y ácidos grasos, que aportan elasticidad y mantienen la cohesión celular) y minerales como el calcio, hierro y zinc. Las uñas comparten con la epidermis su principal componente, la queratina. La diferencia entre ellas radica en el porcentaje de agua: la primera contiene un 85% y las uñas, tan solo un 12%.
Algunas de las consultas más frecuentes en la oficina de farmacia relacionadas con las uñas son las siguientes:
- Uñas blandas y frágiles: se debe, sobre todo, a carencias de proteínas, vitaminas y/o hierro. También suelen darse cuando el paciente tiene enfermedades crónicas y/o reumáticas, anorexia nerviosa, celiaquía o malabsorción intestinal.
- Onicorrexis o roturas: pequeñas fisuras que aparecen cuando las uñas permanecen en contacto con el agua de forma constante y repetida.
- Estrías transversales o líneas de Beau: en estos casos existe una alteración en el crecimiento de la uña. Suelen aparecer asociadas a cuadros febriles agudos o alteraciones nutricionales, en tratamientos con medicamentos citotóxicos o en casos de cirugía mayor.
- Estrías longitudinales: normalmente aparecen a partir de los 60 años de edad. Tienen un componente hereditario, aunque también pueden aparecer por pequeños traumatismos que afectan a la raíz.
- Onicosquisis lamelar: es la separación en capas de la lámina ungueal. Se produce por exceso de higiene.
- Onicofagia/uñas mordidas: en estos casos suele producirse un crecimiento anormal de la uña y/o una alteración de su anatomía por los continuos traumatismos de los mordiscos. En estos casos también es frecuente la aparición de daños alrededor de la uña, heridas, inflamación y dolor.
- Uña encarnada: sucede cuando la uña se clava al crecer en la piel circundante, produciendo inflamación y dolor.
- Uña en dedal: aparecen depresiones como puntos. Se produce en la dermatitis atópica o en la alopecia areata grave.
- Hundimiento tipo cuchara: enfermedad genética con alteración ósea.
- Desaparición de la lúnula: en enfermedades hepáticas o renales.
- Zonas violáceas, uñas oscurecidas: se deben a traumatismos por presión que provocan un derrame o hematoma subungueal, creados por el calzado o al realizar deportes agresivos.
- Cambios de coloración de las uñas: puede deberse al uso de esmaltes de uñas de baja calidad, en fumadores, en pacientes con tratamientos oncológicos o que toman medicamentos como las tetraciclinas, falta de zinc en la dieta, etc.
En todos estos casos es preciso reparar la salud de las uñas para restablecer sus características. Desde la oficina de farmacia podemos ofrecer diversas recomendaciones:
- Realizar un lavado de manos y uñas con jabón syndet, de pH ligeramente ácido, con ingredientes hidratantes y/o emolientes.
- Si usamos un cepillo de uñas deberá tener cerdas suaves.
- Secar sin friccionar.
- Hidratar manos y uñas con formulaciones ricas en lípidos.
- Si es necesario, usar guantes impermeables con revestimiento de algodón.
- Mantener las uñas cortas y limarlas en la misma dirección, desde fuera hacia dentro, preferiblemente con limas de cartón, sin lesionar ni cortar la cutícula (esta puede retirarse con palitos de naranjo).
- Usar esmaltes libres de níquel y formaldehído. Retirarlos con quitaesmaltes sin acetona ricos en sustancias oleosas.
- Llevar una dieta rica y equilibrada. Para favorecer la salud de nuestras uñas son útiles alimentos como las zanahorias, los frutos secos, el germen de trigo o los berberechos.
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