Protección solar para los ojos: tu visión importa
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La adquisición y asesoramiento sobre las gafas de sol se debe realizar en establecimientos sanitarios como ópticas o sección de óptica en farmacias, que garanticen el cumplimiento de la normativa de seguridad y calidad, además de la selección del filtro adecuado para cada usuario según sus necesidades.
El sol es indispensable para nuestra vida, nos proporciona numerosos beneficios, estimula la producción de vitamina D, esencial para la absorción de calcio y fósforo y por tanto prevenir enfermedades como la osteoporosis, refuerza el sistema inmunológico, mejora el estado de ánimo al aumentar la producción de serotonina, reduce la presión arterial y mejora el sueño al ayudar a regular el ritmo circadiano del cuerpo, pero un exceso de exposición conlleva ciertos riesgos tanto en la piel como en los ojos, por ello debemos exponernos al sol en su justa medida y con la protección adecuada.
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Problemas oculares derivados de la exposición prolongada al sol
En los párpados
- Blefaritis: inflamación de los párpados que puede ser debida a un trastorno en las glándulas sebáceas situadas en el ojo, infección o incluso a sequedad ocular. Se presentan los ojos irritados y llorosos, picazón en los párpados, aparición de costras o caspa en la base de las pestañas.
- Queratosis actínica o solar: enfermedad de la piel en la que aparecen manchas, lesiones ásperas o escamosas en zonas que han estado expuestas de forma crónica al sol.
- Enfermedad de Bowen: carcinoma epidermoide caracterizado por la aparición de lesiones solitarias o múltiples, de color marrón rojizo con descamación o costras, poco indurados. Suelen ser similares a una placa localizada de psoriasis, dermatitis o infección por dermatofitos.
- Cáncer escamocelular: forma común de cáncer de piel que se desarrolla en las células escamosas que componen las capas media y externa de la piel. Se puede presentar como un nódulo rojo y firme o llaga plana con una costra escamosa
En la conjuntiva
- Fotoconjuntivitis: conjuntivitis producida por el sol. Irritación generalizada del ojo, picor, lagrimeo. Su aparición puede producirse hasta 8 horas después de una exposición prolongada al sol.
- Pterigion: pequeño nódulo amarillo grisáceo del epitelio conjuntival, elevado y vascularizado que crece hacia la córnea. Causa enrojecimiento del ojo y molestias como picor, sensación de cuerpo extraño, pinchazos o quemazón, además de pérdida de agudeza visual. Su tratamiento es quirúrgico.
- Pinguecula: parecido al pterigion, un crecimiento anormal de la conjuntiva, pero en este caso no invade la zona de la córnea con lo cual no interfiere en la visión
En la córnea
- Fotoqueratitis: cursa con visión borrosa, picor, enrojecimiento, irritación, lagrimeo, sensación de tener arenilla dentro del ojo, hinchazón de los párpados e incluso dolor de cabeza. Es conveniente tapar el ojo, no frotarse para no agravar las úlceras y permanecer en entornos oscuros hasta que las molestias desaparezcan.
- Uveítis: inflamación de la córnea debida al exceso de exposición a los rayos UVA y UVB. Produce dolor, sensación de arenilla en el ojo, elevada hipersensibilidad a la luz y en muchos casos visión borrosa.
En el cristalino
- Cataratas: la exposición solar acelera el proceso por el que el cristalino se vuelve opaco, favoreciendo la aparición más temprana y una evolución más rápida de la catarata.
En la retina
- Retinopatías.
- Degeneración macular (DMAE): la mácula, una pequeña parte de la retina encargada de la visión central y de que apreciemos los detalles, puede deteriorarse por efecto de la radiación solar.
Los niños requieren protección solar ocular especial, ya que las estructuras y tejidos oculares no están totalmente desarrollados y el ojo del niño es más sensible que el del adulto. También deberán tener mayor precaución personas con ojos claros, operadas de cataratas o sometidas a cirugía láser, pacientes con alergias, patologías oculares y aquellos tratados con medicamentos que provocan fotosensibilidad.
Recomendaciones para el cuidado ocular en verano
- Evitar exposiciones prolongadas al sol, sobre todo en las horas centrales del día (entre las 12.00 y las 16.00 horas).
- No mirar directamente al sol.
- No tomar el sol con lentes de contacto.
- Utilizar sombreros con ala ancha que proyecten una zona de sombra sobre los ojos o gorras con visera.
- Usar gafas de sol homologadas todo el año, especialmente en verano, incluso los días nublados.
- Usar gafas de agua o buceo y evitar el uso de lentillas para nadar.
- Utilizar lágrimas artificiales para mantener los ojos hidratados.
- Utilizar compresas frías cuando se tenga mucha picazón y evitar frotar los ojos de forma brusca.
- Actividades deportivas como el senderismo, buceo, deportes acuáticos representan una mayor exposición solar y por tanto requieren de protección específica.
La adquisición y asesoramiento sobre las gafas de sol se debe realizar en establecimientos sanitarios como ópticas o sección de óptica en farmacias, que garanticen el cumplimiento de la normativa de seguridad y calidad, además de la selección del filtro adecuado para cada usuario según sus necesidades.
Es imprescindible que las gafas estén homologadas. Existen 5 tipos diferentes de filtros solares clasificados según la norma ISO 8980-3 del 0 al 4, en función de la menor o mayor capacidad de absorción lumínica que posean, estando encuadradas la mayoría en la categoría 2 o 3.
En cuanto al tipo de lente, tenemos disponibles lentes estándar coloreadas utilizadas en la mayoría de las gafas solares, lentes polarizadas (evita los deslumbramientos, rrecomendables para practicar deportes de nieve o en alta mar), lentes fotocromáticas (se oscurecen en presencia de luz natural y se aclaran en la oscuridad, son aconsejables para el iris claro y para la conducción), lentes de espejos (tienen un revestimiento en su superficie que permite reflejar parte de la luz, impidiendo que ésta llegue al ojo, recomendado en deportes nauticos y de invierno, ambientes deslumbrantes o con luz muy brillante). Los cristales marrones, grises y verdes son los que menos alteran los colores naturales de la visión
Criterios para elegir unas gafas de sol, limpieza y cuidados
- Tener en cuenta las actividades profesionales o de ocio que se van a realizar con ellas, para que la protección de la lente sea la más adecuada.
- Las gafas deben tener marcado CE, lentes resistentes, filtrar la radiación UV (tanto UVA como los UVB) y ser ópticamente neutras.
- La mala calidad de las lentes, sin filtro UV, puede provocar mareos, visión doble, cefalea, fotofobia y lesiones oculares.
- La coloración de la lente no debe dificultar o distorsionar la visión.
- Comprobar que no estén rayadas ni estropeadas y que la superficie de la lente no tenga rugosidades, irregularidades o burbujas.
- Modelo que cubra bien el ojo y que deje pasar el mínimo de luz alrededor de los cristales.
- Las patillas deben ser paralelas, horizontales y estar bien equilibradas. Deben ser lo suficientemente gruesas como para evitar que la radiación solar se cuele por los laterales.
- Probarlas para confirmar que la visión es clara y confortable.
- Especial precaución en personas que han sido sometidas a alguna operación ocular.
- Las gafas de sol infantiles deben estar realizadas preferentemente en materiales blandos, estables y sin aristas, para prevenir accidentes. Mejor montura de plástico o silicona y si tiene goma para sujetarlas ayudará a que no se las quiten.
Para limpiar las gafas de sol se recomienda utilizar agua y jabón y evitar el uso de disolventes y de alcohol. También se pueden emplear toallitas húmedas destinadas a ese fin. Es recomendable usar la funda para guardarlas evitando así que se puedan doblar o arañar y evitar dejarlas en lugares con temperaturas muy elevadas que pueden deformarlas o en sitios donde se puedan rayar, por ejemplo, sobre una toalla en la arena.
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