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Día Europeo del Uso Prudente de los Antibióticos: recomendaciones desde la farmacia

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Día Europeo del Uso Prudente de los Antibióticos: recomendaciones desde la farmacia

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M.ª Isabel Rodríguez Tejonero

Doctora en Farmacia. Información Técnica del COFM.

El 18 de noviembre se celebra el Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos, una iniciativa europea de salud pública anual cuyo principal objetivo es sensibilizar sobre la amenaza que la resistencia a los antibióticos supone para la salud pública y fomentar el uso prudente de los mismos.

El descubrimiento del primer antibiótico a mediados del siglo XX cambió el rumbo de la medicina moderna, proporcionando un tratamiento para la mayoría de las infecciones bacterianas, tanto en los seres humanos como en los animales.

En la actualidad, las bacterias resistentes a los antibióticos son una amenaza para la población mundial y uno de los mayores desafíos para la salud pública a los que nos enfrentamos. La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha declarado que la resistencia a los antimicrobianos es una de las 10 principales amenazas de salud pública.

El uso indebido y excesivo de los antimicrobianos es el principal factor que determina la aparición de patógenos farmacorresistentes. Sin antimicrobianos eficaces, los resultados de la medicina moderna en el tratamiento de infecciones, especialmente durante una cirugía mayor y en tratamientos con quimioterapia, se verían comprometidos en mayor grado. En nuestro país actualmente existen bacterias habituales, tanto en el medio extrahospitalario (Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae, Escherichia coli) como hospitalario (Staphylococcus aureus, Klebsiella pneumoniae, Acinetobacter, Pseudomonas aeruginosa, etc.) que, por haber desarrollado resistencia a numerosos antibióticos en porcentaje variable, pueden resultar muy difíciles de tratar.

La mayor parte del consumo de antibióticos en España se produce en el ámbito extrahospitalario donde alcanza aproximadamente el 90% del total. A su vez, el 85% de este consumo se destina a tratar infecciones respiratorias. Su uso tiene un fuerte carácter estacional, concentrado en los meses de noviembre a febrero, coincidiendo con el período de máxima prevalencia de infecciones respiratorias, la mayoría de ellas virales. El abuso y mal uso de los antibióticos, así como la resistencia a los mismos es un problema de especial importancia en pediatría porque en los primeros años de vida se concentran la mayoría de las infecciones respiratorias causadas normalmente por virus.

Las bacterias resistentes surgen por un proceso selectivo con la propia acción del antimicrobiano. Dentro de la cepa bacteriana existen células que no se inhiben con la concentración de fármaco habitual por una mutación o transferencia genética, son mutantes resistentes. Al introducir el antibiótico se morirá la subpoblación sensible y persistirán las resistentes que pueden continuar desarrollándose y llegar a sustituir a la población bacteriana. Al usar los antimicrobianos correctamente, estas mutaciones no son significativas, pero si se usan de forma incorrecta, de forma reiterada y/o generalizada, se favorece la aparición de poblaciones resistentes, lo que puede llevar a un fracaso terapéutico. La resistencia a antibióticos aumenta si se usan innecesariamente, si se utilizan antibióticos de amplio espectro cuando no están indicados, si se administran dosis insuficientes o se suspende el tratamiento antes de cumplir el tiempo necesario, que es muy variable dependiendo del tipo de infección.

Recomendaciones para un uso correcto de antibióticos

  • Los antibióticos solo son eficaces para combatir infecciones bacterianas, no curan infecciones causadas por virus (resfriados, gripe).
  • No son analgésicos, no alivian el dolor.
  • Muchas patologías invernales pueden tener los mismos síntomas, pero tal vez no requieran el mismo tratamiento, debemos evitar la automedicación. La mayor parte de las enfermedades invernales mejoran al cabo de dos semanas y sus síntomas pueden aliviarse con otros medicamentos que pueden adquirirse sin receta como analgésicos que alivian el dolor y la fiebre, antiinflamatorios, expectorantes, descongestivos nasales, antihistamínicos…
  • Tomar antibióticos solo cuando los recete el médico. Seguir las recomendaciones sobre cuándo y cómo usarlo, completando el tratamiento prescrito, aunque nos encontremos bien.
  • No se deben compartir antibióticos con otras personas
  • En el caso de tener mascotas será el veterinario quien decidirá el tratamiento, la automedicación también es peligrosa para los animales.

También puede ser adecuado para prevenir este proceso de resistencia a antibióticos actuar a nivel de prevención y control de infecciones con prácticas tan sencillas como lavarnos las manos con frecuencia, practicar una buena higiene de los alimentos, evitar el contacto directo con personas enfermas o cumplir con el calendario de vacunación.

La labor del farmacéutico frente a la resistencia a los antibióticos es esencial. Desde la industria farmacéutica, la clave estará en la investigación y el desarrollo de nuevos antibióticos que sean efectivos y capaces de acabar con las bacterias resistentes. Desde la farmacia comunitaria y la farmacia hospitalaria, su misión será la de formar parte de la actuación conjunta contra la resistencia a los antibióticos con otros profesionales sanitarios y otras entidades, para ello, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), ha creado un Plan Nacional frente a la resistencia a los antibióticos.

El farmacéutico de oficina de farmacia, como profesional sanitario más cercano y accesible a la población, orienta sus acciones a informar a la ciudadanía sobre medidas de prevención de infecciones y como de evitar contagios, contribuir a la educación sanitaria de la población concienciando sobre el problema real de la resistencia bacteriana, los peligros del uso incorrecto de los antibióticos y de la automedicación, informar a los pacientes sobre el uso correcto de los antibióticos además de llevar a cabo un seguimiento y vigilancia del consumo de estos fármacos. Debemos recordar a los pacientes que los antibióticos no se pueden dispensar sin receta médica y asegurarnos que ha comprendido bien las indicaciones del prescriptor acerca de la duración del tratamiento y de la pauta posológica, ya que esto asegurará mucho mejor su cumplimiento: cómo administrar el antibiótico, dosis, horario (intervalo entre dosis), duración de tratamiento, conservación y preparación del medicamento.

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