Saltar navegación. Ir directamente al contenido principal

Blog

Cómo tratar las quemaduras solares

Contenido principal

Cómo tratar las quemaduras solares

Penélope Cabezalí Esteban

Penélope Cabezalí Esteban

Farmacéutica del Servicio de Información Técnico Profesional COFM

El tratamiento de las quemaduras solares va dirigido principalmente a impedir la extensión de las lesiones, aliviar el dolor, prevenir las infecciones y la deshidratación cutánea.

Una quemadura solar es una reacción inflamatoria aguda de la piel a la exposición excesiva a la radiación UVB. Esta reacción inflamatoria se manifiesta con enrojecimiento, dolor, sensación de calor e incluso, aparición de ampollas. El cuerpo intenta reparar el daño mediante la eliminación de las células afectadas, lo que suele causar descamación de la piel en los días posteriores.

La radiación UV se clasifica en tres tipos: UVA, UVB y UVC. Los rayos UVB son los principales responsables de las quemaduras solares. Está demostrado que la exposición crónica continuada y prolongada a esta radiación UV es una de las principales causas de varios tipos de cáncer de piel.

Es importante tener en cuenta que, aunque la piel parezca recuperarse después de una quemadura solar, el daño en realidad puede ser permanente. Cada quemadura solar daña el ADN de las células de la piel. Aunque estas células tienen mecanismos para reparar este daño, si las quemaduras se repiten con frecuencia en la misma zona, esa capacidad de reparación puede disminuir. Con el tiempo, esto aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de piel.

Los síntomas aparecen en 1 a 24 horas, excepto en reacciones graves, con un pico dentro de las primeras 72 horas (por lo general entre las 12 y las 24 horas). Los cambios en la piel varían de eritema leve, con posterior descamación superficial, a dolor, hinchazón, sensibilidad de la piel, y ampollas.

La intensidad de la quemadura depende del tiempo y horario de la exposición, del clima, de la latitud, del grado de pigmentación previa y del tipo de piel. Así, pueden aparecer síntomas generales (fiebre, escalofríos, debilidad y shock), similares a los de una quemadura térmica, si se ve afectada un área corporal extensa. Las complicaciones más frecuentes son la infección secundaria, pigmentación con manchas permanentes, y un aumento significativo del riesgo de cáncer de piel.

El tratamiento de las quemaduras solares va dirigido principalmente a impedir la extensión de las lesiones, aliviar el dolor, prevenir las infecciones y la deshidratación cutánea.

Algunas de las medidas a adoptar tras sufrir un exceso de radiación UV serian:

  • Enfriamiento inmediato de la piel:
    • Aplicar compresas de agua fría o duchas con agua tibia. Nunca usar directamente hielo ya que produciría una intensa vasoconstricción que podría agravar aún más la lesión.
    • Lavarse suavemente con una solución jabonosa y aclarar abundantemente con agua tibia con el fin de eliminar cualquier partícula adherida a la piel agredida, la cual podría representar un foco de infección.
  • Hidratación sistémica:
    • Beber abundantes líquidos (agua, suero oral).
  • Hidratación tópica:
    • Si no hay ampollas, hay que hidratar la zona con productos que contengan aloe vera, urea o centella asiática.
    • Si hay ampollas, evitar tratamientos oclusivos. No abrir las ampollas, ya que puede existir riesgo de infección.
  • Uso de fármacos:
    • Antiinflamatorios orales. Para tratar el dolor es aconsejable tomar ácido acetilsalicílico o ibuprofeno. Alivian el dolor, reducen el eritema y controlan la inflamación.
    • Antihistamínicos vía oral. Alivian el prurito.
  • Evitar irritantes:
    • No usar productos con alcohol o benzocaína.
    • Evitar la exposición solar.
  • Consultar a un médico si se presentan síntomas como fiebre alta, náuseas, vómitos o dolor intenso. 
  •  
  • Dado el risgo que representan las quemaduras solares para la salud de la piel, es esencial adoptar medidas preventivas:
  • Uso de protectores solares de amplio especto con factor de protección solar de al menos 30 SPF, incluso en días nublados.
  • Evitar la exposición directa al sol cuando los rayos UV son más intensos. (12:00 a 16:00 horas).
  • Tener cuidado con tomar el sol en el agua. El agua realiza un “efecto espejo” que concentra los rayos UV, lo cual, es más fácil quemarse, aunque se utilice fotoprotector solar.
  • Uso de ropa protectora, como camisas de manga larga, pantalones largos y sombreros de ala ancha y gafas de sol.
  • Tener en cuenta las propiedades fotosensbilizantes de algunos medicamentos comunes, los cuales pueden hacer que la piel sea más sensible a la luz solar. (Antibióticos, AINEs, retinoides).
  • Proteger a los bebés y a los niños pequeños de las quemaduras por el sol con sombreros de ala y ropa liviana que les cubra los brazos y las piernas. 

La mejor forma de protegerse del daño solar no es evitar completamente el sol, sino aprender a convivir con él de manera segura y consciente. Proteger la piel desde la infancia, evitar exposiciones innecesarias y utilizar medidas preventivas pueden marcar una gran diferencia en la salud a futuro.

Post destacados

Fin del contenido principal

Buscador farmacias

Buscador farmacias

Buscador farmacias Ir a buscador por dirección