“Ser delegadas de zona nos da la oportunidad de reunir a profesionales que tradicionalmente hemos estado muy aislados en nuestras farmacias”

¿Por qué os hicisteis farmacéuticas?

Almendra: Yo me hice farmacéutica por herencia familiar de mi madre y porque tengo muchísima vocación sanitaria, pero veo una gota de sangre y me voy al suelo.

Elena: En mi caso también me hice farmacéutica por herencia, porque mi madre era farmacéutica. Y también me encanta el mundo sanitario. Mi familia está llena de médicos y he vivido este mundo toda la vida y la experiencia me ha dado la razón. Es un mundo apasionante y cada día me gusta más.

¿Qué es lo que más os gusta de vuestra profesión?

Almendra: Lo que más me gusta de mi profesión es, por un lado, el contacto con los pacientes, porque soy una auténtica apasionada de la salud, la belleza y el bienestar, y me parece que es una manera muy buena de poder llegar a ellos a través de la profesión farmacéutica. Y por otro lado, me gusta muchísimo ser mi propia jefa y poder gestionar la oficina de farmacia como a mí me gusta y como me gustaría que me atendiesen si fuese yo la que fuese usuaria del servicio.

Elena: A mí me encanta ser farmacéutica porque creo que somos el primer eslabón sanitario en contacto con el paciente y es un contacto espontáneo y directo. Y luego, nuestra área de servicios es totalmente multifactorial y tenemos mil opciones para para ayudar a toda la población.

¿Alguna anécdota curiosa en vuestra trayectoria profesional?

Almendra: Una anécdota que me tuvo tronchada de la risa durante una época y que me enseñó a ser muy precavida fue cuando vino un señor con un pie muy inflamado y tenía que medírselo para poder darle una tobillera. Pero, al tenerlo tan inflamado, no le podía medir el tobillo en el pie que era. Así que le pregunté: ¿Se puede descalzar usted el otro pie para que le pueda medir y comparar? Y el señor me dice: “No”. Y me digo… si a este señor no le pasa nada en el otro pie ¿por qué no me lo quiere enseñar? Y claro, ya después de mucho insistir me dice: “es que no me lo he lavado desde hace varios días y lo mismo está un poquillo mal”. Y en ese momento dije: vale, la siguiente vez a partir de ahora pregunto ¿viene usted para que le pueda medir los dos pies? Y si no, a su casa. Y ya le mido a los dos pies, aunque solo me haga falta uno.

Elena: Hace mucho tiempo, cuando hacíamos pruebas de glucosa para las embarazadas para ver la diabetes gestacional, se podía elegir entre que pensáramos en unos sobrecitos de glucosa o que el paciente se tomara una determinada cantidad de dulces. Entonces una señora me dijo que ella prefería tomarse dulces que tomarse la glucosa, que era un rollo patatero. Y al día siguiente viene y me dice: “por favor, pásame la glucosa, ya llevo tomadas 27 galletas. Quiero vomitar”. Entonces vimos en la receta que el doctor le había pautado que tomase ciertos gramos de glucosa o dos o tres galletas y la señora había leído 203 galletas.
 

¿Qué significa para vosotras ser delegadas de zona?

Elena: Ser delegada de zona nos da la maravillosa oportunidad de reunir a profesionales que tradicionalmente hemos estado muy aislados en nuestras farmacias, en grupos en los que podemos compartir nuestras experiencias y nuestras preocupaciones.

Almendra: Poder hacer esto a través del Colegio Oficial de Farmacéuticos, que es la institución que oficialmente nos representa y nos escucha y nos protege, realmente lo que nos hace es una profesión mucho más fuerte.
 

¿Qué aficiones tenéis fuera de la farmacia?

Almendra: Ser delegada de zona no solamente nos ha hecho ser mucho más fuertes en nuestra profesión, sino también hacernos amigas. Somos pareja de pádel. Además de eso, de forma independiente, yo soy súper deportista, me encantan un montón de deportes, el golf, el esquí, el pádel, que además a Elena también.

Elena: A mí también me encanta el esquí, me encanta el pádel y todos los deportes en general. Y en mi caso concreto he estudiado también interiorismo, la carrera, así que soy una loca del arte y de del mundo de los interiores.