“La farmacia te da un sentido de la realidad sanitaria que no consigues desde otra profesión del gremio”

Para Magdalena y Cristóbal la elección de estudiar Farmacia estuvo influenciada por tradiciones familiares, intereses en ciencias o experiencias personales. Ambos sienten pasión por la ciencia y desean ayudar a los demás a través de esta profesión. 

 

¿Por qué os hicisteis farmacéuticos?

M: El motivo fue una mezcla de una tradición familiar, porque madre es farmacéutica, y que académicamente me gustaba mucho biología, química, las ciencias sanitarias. Una vez que realicé la carrera, me encantó la profesión y seguimos en ella trabajando en la oficina de farmacia.

C: Cuando empecé a estudiar Bachillerato ya me enfoqué hacia la carrera de Farmacia. Por motivos de dificultad motora podía formar un equipo que pudiera ayudar. Pero también ha habido un componente científico, porque mi padre era veterinario y profesor de ciencias. No obstante, aunque hubiera sido medalla olímpica de 100 metros lisos, ahora mismo, si volviera a nacer con esta característica que digo, hubiese hecho la carrera de Farmacia porque es apasionante.

¿Qué es lo que más os gusta de la profesión?

M: Me gusta el dinamismo que tiene. Cada día son sorpresas nuevas. Me sigue gustando la atención con mis pacientes, con el público en general, y la formación continua que tenemos.

C: Me gusta el espectro tan grande de cosas tan variadas que puedes hacer, cómo puedo asesorar personalmente dentro de la oficina de farmacia… y tienes un sentido de la realidad sanitaria que no consigues desde otra profesión sanitaria, porque aquí te cuentan de todo.

 

¿Podéis contarnos alguna anécdota curiosa que recordéis?

M: En 20 años de profesión podéis imaginar todas las que tengo, pero quizá la más destacable fue una guardia a las tres de la madrugada. Aparecieron varios coches de la Policía Nacional con los policías vestidos de uniforme para pesar un alijo de droga que era tan grande que no lo podía pesar en la báscula del laboratorio. Lo tuve que pesar en el peso de bebés.

C: Un día de guardia a una novia le salió una erupción e iba tan tapada que al final el marido decidió alzarla hasta la ventanilla y me enseñó el glúteo para saber si la reacción alimentaria que tenía era un problema grave como para ir al hospital directamente o podían seguir con su ceremonia de bodas.

¿Qué aficiones tenéis cuando os quitáis la bata?

M: Me gusta mucho la cultura en general. Leer, ir al cine,  al teatro, pero también me gustan mucho las fiestas populares.

C: Sobre todo me gusta la pintura. Soy un coleccionista de arte, sobre todo de arte pop. Y me gusta la música clásica.

¿Qué significa para vosotros ser delegados?

M: El delegado del Colegio es una figura que sin tener ningún componente oficial es muy asequible para nuestros compañeros y una conexión directa con el Colegio de Farmacéuticos y hace muy fácil la comunicación.

C: También hay que tener un poquillo de afición política, madera de líder para ser delegado, porque luego tienes que templar las gaitas muchas veces, y a veces es un papel incomprendido. La verdad es que me gusta mucho, y como digo siempre, volvería a repetirlo todas las veces que se repite las asignatura de Química Orgánica (risas).

M: Cristóbal y yo llevamos cerca de 20 años siendo delegados y bueno, entre nosotros hay una conexión perfecta y esperemos que nuestros compañeros también sientan lo mismo con nosotros.

C: Me acuerdo una anécdota de ella: un día discutimos por algo y me dijo: “es que no vamos a estar siempre de acuerdo”. Y, evidentemente, no tenemos que estar siempre de acuerdo, pero más o menos, en el concepto de lo que es la farmacia y  cómo tiene que funcionar una farmacia en el municipio, estamos totalmente alineados.