“El servicio de SPD funciona con el boca a boca”
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Ángel Luis Iglesias destaca la tranquilidad que los sistemas personalizados de dosificación aportan tanto a los pacientes como a sus familiares. “Si ves a una persona polimedicada, hay que ofrecerle el SPD”, defiende en esta entrevista
Ángel Luis Iglesias Núñez es un farmacéutico que abrió su farmacia en el barrio de La Fortuna de Leganés hace tres años. Con una larga experiencia en el uso de sistemas personalizados de dosificación (SPD), lleva indicando este servicio desde 2006, cuando se lanzó el Programa de Atención al Mayor Polimedicado de la Comunidad de Madrid. Tutor del curso Implantación del servicio de SPD en una farmacia comunitaria del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, nos acerca su día a día con estos dispositivos, que la nueva ley de farmacia de Madrid pretende acercar a todos los pacientes que los necesiten. Echa en falta la colaboración de los médicos para extender una prestación farmacéutica que, de momento, "funciona con el boca a boca".
¿Desde cuándo presta este servicio y cuántos SPD elabora a la semana?
Comencé elaborando SPD dentro del Programa de Atención al Mayor Polimedicado, y desde entonces. Ahora como farmacéutico titular seguimos haciéndolo y estamos elaborando entre 25 y 30 a la semana.
¿Cuál es el perfil de los pacientes que se están beneficiando de esta ayuda farmacéutica?
Son pacientes mayores, de más de 70 años; en muchos casos, son matrimonios o personas que viven solas. Todos son polimedicados y algunos tienen tratamientos de hasta 20 medicamentos al día. Suelen ser los hijos quienes se interesan por el servicio para estar tranquilos con la medicación.
¿Les recomienda el servicio o vienen también derivados del centro de salud?
Lo recomendamos nosotros en la farmacia. De momento, los médicos no están prescribiendo este servicio. Tengo la intención de reunirme con el coordinador del centro de salud más cercano a la farmacia para mostrarle las ventajas del servicio para los pacientes polimedicados. El principal problema que tenemos con la medicación es cuando el paciente ha sido ingresado o ha ido a la consulta del especialista, porque no cambian la Hoja de Medicación. La nueva medicación se da en el informe de alta del hospital o del especialista, y esos cambios no aparecen reflejados en la receta electrónica en el momento de la dispensación.
¿Cuál suele ser la respuesta del paciente? ¿Mantienen ya este servicio en el tiempo?
Sin duda, los SPD refuerzan el cumplimiento de los tratamientos y ayudan a fidelizar a los pacientes. Es habitual que te digan que antes se liaban con la medicación, que no se acordaban si se habían tomado la pastilla o no, sobre todo, cuando se cambian los envases. El servicio funciona, además, con el boca a boca; muchos dicen: me lo preparan en la farmacia y no me preocupo por nada.
¿Qué inversión en tiempo y equipamiento requieren si se quiere mantener la continuidad de un servicio farmacéutico de calidad?
En la farmacia tenemos a un farmacéutico especializado en hacer los SPD. Cuando inicias el tratamiento se tarda más, porque tienes que hacer una ficha con los datos del paciente o la posología. Pero, una vez hecho, puedes tardar de media entre 5 y 10 minutos por paciente.
¿Cómo aceptan los pacientes que sea un servicio farmacéutico de pago?
A algunos les cuesta, pero lo entienden. Si están los hijos por medio, no hay ningún problema. Además, los precios están adaptados al tipo de barrio en el que está la farmacia, con perfiles socioeconómicos diferentes. Lo importante no es el precio, sino que los pacientes entiendan que es un servicio profesional remunerado, porque requiere tiempo y un material.
¿Qué sistemas utiliza para elaborar los SPD y cuáles considera que son las claves para implantar el servicio de forma adecuada?
Normalmente, aconsejo que, si son menos de 15 pacientes, se puede hacer con un sistema manual, aunque lo peor es llevar la documentación a mano. Si ya son más de 15 pacientes, el sistema semiautomático es una buena alternativa, porque hay que gestionar la documentación del paciente, la posología y la hoja de consentimiento informado del paciente. Más allá de 30 o 40 pacientes, recomiendo el robot automático cuando se trata de oficinas de farmacia, por ejemplo, que asisten a pacientes en residencia.
¿Qué situaciones especiales se pueden dar?
Hay siempre casos especiales. Los desabastecimientos son, lamentablemente, cada vez más frecuentes; también lo es que no coincida la medicación. La última semana de tratamiento suele ser cuando los pacientes andan más apurados, porque no tienen medicación para el próximo pastillero. Por eso, es necesaria la comunicación con el médico para garantizar la continuidad del tratamiento.
¿Qué recomendaciones le daría a un farmacéutico que desee implantar este servicio en su farmacia?
Es un servicio muy gratificante tanto para los pacientes como para los familiares. Hay un boca a boca que ayuda a extenderlo. Se encuentran cómodos con la situación. A nivel personal, la tranquilidad que genera en el paciente es muy satisfactoria profesionalmente. Desde luego, hay que estar encima; cuando ves a una persona polimedicada, la necesidad que tiene, hay que ofrecerle el SPD y explicarle cómo funciona.
Juan Marqués
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