Cierra los ojos, piensa… en una palabra y recuerda cómo te hizo sentir
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Emoción y sensibilidad en la clausura de DermoCOFM 2025
El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid clausuró este jueves, 16 de octubre, su ciclo de conferencias del programa de la 5ª edición de su congreso dermofarmacia, DermoCOFM, con una mesa redonda dedicada al valor terapéutico de la palabra.
El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid clausuró este jueves, 16 de octubre, su ciclo de conferencias del programa de la 5ª edición de su congreso dermofarmacia, DermoCOFM, con una mesa redonda dedicada al valor terapéutico de la palabra. Un recorrido emocional que puso el foco en el papel del farmacéutico comunitario en el acompañamiento al paciente oncológico durante las diferentes etapas de su enfermedad, y que ofreció herramientas comunicativas clave para abordarlo con sensibilidad: palabras para tratar personas.
La sesión, titulada El papel terapéutico de la palabra, fue presentada y moderada por Mario Vaíllo de Mingo, director de Comunicación del COFM, quien guio el diálogo entre Raquel Aguado Benito, vocal de Dermofarmacia y Productos Sanitarios del COFM, y Vanesa Jorge Martín, responsable de Atención Psicosocial en la Asociación Española Contra el Cáncer en Madrid.
A lo largo de la conversación se analizaron las situaciones más críticas del proceso oncológico, marcadas por un profundo peso emocional, en las que el farmacéutico se convierte en un pilar de apoyo y comunicación para el paciente: desde la sospecha de un posible diagnóstico hasta la evolución del tratamiento o las recaídas.
Raquel Aguado expuso las diferentes realidades con las que se encuentra el farmacéutico comunitario en su labor diaria, subrayando que, en muchas ocasiones, puede ser el primero en detectar un síntoma o lesión sospechosa. Una situación compleja que requiere una sensibilidad especial, en la que tanto las palabras como el tono son determinantes. “Sabemos derivar al médico, pero debemos hacerlo con sensibilidad: nuestras palabras también curan o, al menos, alivian”, explicó Raquel.
“El vínculo y la confianza son determinantes en este momento: preséntate, pregúntale su nombre. Somos personas tratando a personas”, recordaba Vanesa Jorge, quien aportó herramientas de comunicación y recursos emocionales para abordar cada una de esas situaciones. Ante la sospecha de un síntoma o lesión, lo mejor es plantear preguntas sin generar alarma: “¿Te has planteado alguna vez consultarle esto al médico? Tal vez sea ahora un buen momento… Transmitirlo desde la calma y enmarcarlo en un contexto de normalidad y prevención”, recomendó la experta.
“Vamos a esperar, entiendo tu angustia.” El tiempo que transcurre entre las pruebas y los resultados es uno de los momentos más delicados para el paciente, un intervalo en el que la incertidumbre pesa tanto como el miedo. Vanesa Jorge lo resumió así: acompañar y escuchar. El farmacéutico debe empatizar con la vulnerabilidad, conectar con el dolor del paciente de forma real, ponerse en su piel y acompañar desde la prudencia.
“¿Cómo puedo ayudarte?” “Mazazo”, “jarro de agua fría”. Así describen Raquel Aguado y Vanesa Jorge el momento del diagnóstico, ese punto de inflexión de enorme impacto en la vida del paciente. Raquel subraya la necesidad de ofrecer, siempre que sea posible, un espacio privado para brindar un cuidado especial, no solo al paciente, también a las familias y acompañantes, en quienes también se refleja la angustia. Cada persona reacciona de forma diferente, y todas las respuestas emocionales son válidas.
Vanesa Jorge insistió en la importancia de preguntar: ¿qué puedo hacer por ti?, ¿cómo puedo ayudarte? y adaptar el lenguaje a las respuestas de cada persona. Una vez más, el trato dependerá del vínculo y la confianza que exista con el paciente. “Permito que llore, que hable, que se desahogue. Seamos prudentes, estamos aquí para acompañar.”
“Es importante que sigas, que pruebes.” Durante la fase del tratamiento, el papel del farmacéutico es clave. No solo por su labor en la adherencia terapéutica, sino también por su acompañamiento frente a los efectos secundarios. El farmacéutico observa el miedo y el alivio del paciente, y su tarea es generar confianza evitando falsas expectativas. La Asociación contra el cáncer lo recomienda: “Busca un farmacéutico de confianza”, comentó Vanesa Jorge. “Con los años de experiencia y formación se adquieren herramientas para dar soporte, pero también para mantener la calma en los momentos más críticos, subrayó Raquel Aguado.
Cuando el vínculo con el paciente se ha establecido, surge una pregunta inevitable: ¿cómo gestionar todo lo que sentimos? “Aprendemos mucho de los pacientes —reflexionó Raquel Aguado—, en muchos casos es un privilegio. Pero los desenlaces tristes nos afectan muchísimo. Si aprendiéramos a gestionar mejor nuestras emociones, podríamos ayudar mejor a quienes atendemos.”
Conectar con el dolor nos hace profundamente humanos. No se trata de huir de esa emoción, sino de darle un espacio. Tener una vida a la que volver, cuidarnos, hablar con otros, permitirnos sentir. “Si me pasan cosas, siento cosas”, concluyó Vanesa Jorge, recordando que el bienestar emocional del profesional también forma parte del cuidado.
La clausura de DermoCOFM 2025 dejó una reflexión que va más allá de la farmacia: la de una profesión que escucha, que acompaña y que se permite sentir. El poder terapéutico de la palabra no solo reside en lo que se dice, sino en cómo se dice. Preguntar sin invadir, ofrecer sin prometer, sostener sin cargar.
Porque acompañar también cura y la palabra es un gran lugar desde el que empezar.
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