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Trastornos de la conducta alimentaria y abuso de medicamentos en adolescentes

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Trastornos de la conducta alimentaria y abuso de medicamentos en adolescentes

Á

Álvaro González Castañar

Farmacéutico del Servicio de Información Técnico Profesional del COFM

La preocupación excesiva por la imagen corporal, la obsesión por las dietas, la pérdida de peso y la ganancia de masa muscular son temas que ganan interés entre los más jóvenes.

Entre un 11 y un 27 por ciento de los adolescentes se encuentran en riesgo de desarrollar un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA). Estos trastornos cada día son más frecuentes y aparecen en personas más jóvenes, llegando a tener consecuencias significativas para su salud física y mental, e incluso a producir ingresos hospitalarios graves y un índice de desnutrición mayor.

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son enfermedades mentales graves que se relacionan con una alteración de los hábitos alimentarios, en cuyo origen participan múltiples factores (biológicos, genéticos, culturales, psicológicos y sociales). Entre los trastornos más frecuentes podemos encontrar:

  • Anorexia nerviosa: caracterizada por una restricción extrema en la ingesta de comida y una preocupación obsesiva por el peso y la figura, que da como resultado un peso menor al esperado, con importantes consecuencias físicas y metabólicas que pueden llegar hasta la desnutrición.
  • Bulimia nerviosa: caracterizada por episodios recurrentes de ingesta excesiva de alimentos seguidos de comportamientos compensatorios inapropiados. Por sus características no conlleva necesariamente una pérdida de peso asociada.
  • Trastorno por atracón: caracterizado también por episodios recurrentes de ingesta excesiva de alimentos, con sensación de pérdida de control, pero sin comportamientos compensatorios. En la mayoría de los casos hay un aumento de peso, que puede conducir a una situación de sobrepeso u obesidad, y que profundiza en el malestar intenso de la persona.
  • También es cada vez más frecuente encontrar otros problemas relacionados con la comida como la ortorexia, obsesión por la comida sana; o vigorexia, que se centra en alcanzar una mayor masa muscular mediante el control obsesivo de la dieta y la actividad física extrema.

Junto con el auge de estos desórdenes alimenticios llega también el de las técnicas empleadas para lograr sus objetivos como: el ayuno prolongado, la restricción calórica extrema o el mal uso de algunos medicamentos.

Es importante destacar y dar a conocer que el uso de cualquier medicamento no está exento de riesgos o efectos adversos, y que estos no deben emplearse con un propósito distinto al que fueron comercializados. Entre los grupos terapéuticos más empleados por los más jóvenes para intentar controlar inadecuadamente el peso encontramos:

  • Laxantes y enemas.
  • Diuréticos.
  • Medicamentos sin prescripción para el tratamiento del sobrepeso como el orlistat.
  • Productos dietéticos y otros complementos alimenticios para la pérdida de peso: Principalmente a base de fibras que actúan como saciantes, compuestos que dificultan la absorción de las grasas y otros con propiedades para acelerar el metabolismo y la quema de grasas.

El abuso y uso inadecuado de estas sustancias pueden producir:

Náuseas, vómitos, diarrea, flatulencia, dolor abdominal, molestias gastrointestinales, alteraciones en las concentraciones de electrolitos, deshidratación, hipotensión, debilidad, problemas para la absorción de algunos nutrientes e incluso afectar negativamente a la absorción de medicamentos que se puedan estar tomando.

Además de forma general, respecto a este mal uso de los medicamentos recordar que:

  • Con el uso de diuréticos, laxantes y enemas no está probado que se produzca una disminución de la ingesta calórica. Fundamentalmente se consigue una pérdida de agua y electrolitos que no se refleja en una pérdida de peso real, sino en algo temporal que se repone con una correcta hidratación.
  • El uso continuado de laxantes puede generar una dependencia, debido a que podrían dar lugar a desequilibrios electrolíticos que generasen atonía intestinal.
  • Los tratamientos disponibles para tratar el sobrepeso no deben utilizarse si realmente no existe ese sobrepeso o una elevación del IMC (índice de masa corporal) que lo justifique, y en todo caso deben emplearse bajo asesoramiento de profesionales sanitarios.
  • Los complementos nutricionales a base de productos naturales pueden contener cafeína, yodo u otros elementos que podrían generar nerviosismo e incluso alterar los valores en caso de pacientes con problemas tiroideos.
  • Las posibles carencias de nutrientes cobran especial importancia en esta etapa del desarrollo.

Por todo esto es especialmente importante estar atentos a cualquier señal que pueda indicar un desorden alimenticio en la adolescencia y saber atajar estos comportamientos con: terapia psicológica, asesoramiento nutricional adecuado, intervenciones médicas, tratamientos en grupos de apoyo y/o demás herramientas que les ayuden a establecer una relación sana con la comida y su cuerpo.

Recuerda que el farmacéutico podrá detectar posibles desviaciones de uso en medicamentos, realizar educación sanitaria, guiarte con pautas saludables en asesoramiento o consejo nutricional y estará siempre disponible para ayudarte con cualquier duda o sospecha que pueda surgirte sobre el abuso de medicamentos.

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