Fotoprotección en la infancia para evitar cáncer de piel en la edad adulta
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La piel tiene memoria y la relevancia de las quemaduras producidas por el Sol en edades tempranas pueden suponer un riesgo de desarrollar una enfermedad oncológica en el futuro.
En los niños, la protección solar debe ser especialmente rigurosa, ya que su piel es más sensible a los efectos del sol y la radiación ultravioleta. Además, suelen pasar más tiempo realizando actividades al aire libre, lo que incrementa su exposición.
Es muy importante tener en cuenta que su piel aún no está completamente desarrollada y cuenta con menos mecanismos naturales de defensa.
Entre las principales características de la piel de los más pequeños, se encuentran:
- Es más fina que la de los adultos.
- Presenta una menor actividad de las glándulas sudoríparas y sebáceas, lo que afecta la regulación de la temperatura corporal.
- Tiene una capacidad reducida para sintetizar melanina, el pigmento que protege contra los rayos UV.
- La superficie de la piel es mayor en relación con su peso corporal, lo que implica una mayor capacidad de absorción a través de la piel en comparación con los adultos.
A la hora de aplicar una adecuada protección solar en niños, es importante prestar atención a los siguientes consejos:
- Los niños menores de un año nunca deben ser expuestos de forma directa a las radiaciones solares.
- Hasta los 3 años de edad debemos limitar su exposición solar directa y prolongada especialmente en las horas de máxima intensidad. ADemás, es recomendable que permanezcan en zonas sombreadas y preferiblemente protegidos con ropa, sombreros, gorras y gafas con protección UV.
- A partir de los 3 años, se puede realizar una exposición solar adecuada y responsable.
- Prestar especial atención a las actividades que realizan al aire libre y donde reciben mayor cantidad de radiaciones solares, como excursiones, recreo, jugar en el parque, campamentos, etc.
- Hay que evitar siempre las condiciones extremas, y también las horas centrales del día (aproximadamente entre las 12.00 h y las 16.00 h).
- Mantener un correcto estado de hidratación, a través de la ingesta abundante de líquidos y/o frutas.
- Desechar los fotoprotectores del año anterior.
- Es recomendable que el adulto sea quien aplique el protector solar para garantizar la aplicación uniforme y que este se aplique al menos media hora antes de la exposición.
- Reaplicar protector solar cada dos horas y después de actividades acuáticas intensas.
- Aplicar la crema solar de forma generosa y en las zonas expuestas al sol. Sin olvidarnos de los pies, las orejas, la cara o las manos.
- Concienciar a los niños sobre la importancia de la foto protección no solo para evitar quemaduras o enrojecimiento ahora, sino también para su futuro evitando daños acumulativos e irreversibles.
- Protegerlos de la radiación solar durante todo el año, no solo en verano.
Otro punto muy importante es utilizar fotoprotectores que tengan formulaciones adaptadas:
- A su edad: utilizando preferentemente filtros físicos para los más pequeños que, aunque son más densos y suelen dejar una capa blanca, no se absorben a través de la piel. Reservando los filtros químicos para los niños más mayores.
- Con protección alta o muy alta (con valores de 30, 50 y 50+ de SPF) y frente a radiación ultravioleta A y B.
- Testados pediátricamente, y con un contenido reducido en sustancias capaces de producir alergias o irritación, como perfumes y alcohol.
- Y resistentes al agua y a la sudoración.
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