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Día Mundial contra la Hepatitis Vírica

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Día Mundial contra la Hepatitis Vírica

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Marta Vázquez

Técnico del Servicio de Información Profesional del COFM

El 28 de julio se celebra el Día Mundial contra la Hepatitis Vírica. Desde el 2008 la Organización Mundial de la Salud (OMS) viene celebrando este día con el objetivo de impulsar a nivel mundial todas las iniciativas y programas...

El 28 de julio se celebra el Día Mundial contra la Hepatitis Vírica. Desde el 2008 la Organización Mundial de la Salud (OMS) viene celebrando este día con el objetivo de impulsar a nivel mundial todas las iniciativas y programas que pueda realizar en el ámbito sanitario en contra de esta enfermedad.

La 69ª Asamblea Mundial de la Salud de la OMS adoptó, en la Estrategia Mundial del Sector de la Salud contra las Hepatitis Víricas, eliminar el problema de salud pública que suponen las hepatitis víricas para 2030. En concreto, la OMS busca reducir en un 90% la posibilidad de nuevas infecciones de hepatitis y evitar el 65% de las muertes que supone cada año el contagio de estas enfermedades.

La estrategia de la OMS se basa en estos tres puntos: una cobertura sanitaria universal, el conjunto continuo de servicios contra las hepatitis y un enfoque de salud pública. Dentro de esos aspectos se encuentran la inclusión de las vacunas contra hepatitis en los programas de inmunización, aumentar la sanidad universal y estrategias de promoción y prevención de la enfermedad.

 

La hepatitis viral es una infección que produce una inflamación aguda en el hígado. La mayoría de los casos de hepatitis aguda son causados por uno de estos cinco virus: virus de la hepatitis A (VHA), virus de hepatitis B (VHB), virus de hepatitis C (VHC), virus de hepatitis D (VHD) y virus de hepatitis E (VHE). Se han descrito 3 virus adicionales llamados virus hepatitis GB (hepatitis G relacionada al virus C), virus TT (VTT) y virus SEN, sin embargo, no se han establecido como patógenos en hepatitis humana.

Los diferentes virus de la hepatitis se encuentran en todo el mundo, pero su incidencia varía según el país. Así pues, las hepatitis A y B son muy frecuentes en los países en vías de desarrollo donde la gran mayoría de las infecciones se producen durante la infancia.

Las características clínicas de todas las hepatitis son bastante parecidas, lo que dificulta su diagnóstico etiológico. Sin embargo, difieren en su epidemiología, inmunología y pronóstico, con evolución potencial hacia la cronicidad en el caso de las hepatitis B, C y D.

La Hepatitis A se puede contraer por vía fecal – oral, a través del consumo de agua o alimentos contaminados o por contacto con una persona ya contaminada, a través de una mala higiene, falta de limpieza de las manos o por prácticas de sexo oral-anal sin protección.

Los principales medios de contagio de la Hepatitis B son por contacto con instrumental médico contaminado, líquidos corporales y sangre contaminada, contacto sexual sin protección y de una madre infectada a su hijo en el momento del nacimiento.

La forma más común de contraer la Hepatitis C es por el uso de instrumental médico contaminado, en personas que se tatúan y se hacen piercing, a través de la sangre, contacto sexual no protegido o consumo de drogas inyectables al compartir las agujas.

El papel asistencial del farmacéutico, en cualquiera de sus ámbitos profesionales y competencias, como agente de la salud en esta patología es primordial, tanto en la prevención como en el proceso de tratamiento a través de la atención farmacéutica.

Las primeras fases de evolución de las distintas hepatitis virales pueden ser asintomáticas y esto puede constituir un grave problema, ya que proporciona al paciente contagiado una falsa seguridad que le puede llevar, en ocasiones, adoptar comportamientos de riesgo al relajar el cumplimiento de las medidas higiénicas preventivas más básicas.

La oficina de farmacia es el establecimiento sanitario por el que pasan diariamente más dos millones de pacientes y desde donde se ofrecen multitud de consejos sanitarios cada día. De ahí que, sumado a su accesibilidad (con amplitud de horarios y sin necesidad de cita previa), ubicuidad y cercanía, la red española de farmacias comunitarias resulta sumamente importante como centro de divulgación de información, adecuado para formar a los pacientes y promover una educación sanitaria que permita evitar infecciones y, en su caso, mejorar el uso de los tratamientos y prevenir los problemas relacionados con los mismos, incluyendo la notificación de posibles reacciones adversas.

  • Dentro de la educación sanitaria el farmacéutico puede proporcionar una serie de consejos sanitarios a las personas susceptibles de contraer una hepatitis viral:
  • Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón, especialmente antes de cualquier comida y cuando se viaje a países con posible endemia de hepatitis y/o condiciones menos estrictas de seguridad alimentaria.
  • Descartar cualquier alimento o bebida, incluida el agua, de origen desconocido o sin las debidas garantías sanitarias. Actuación principal en la prevención de hepatitis aguda por VHA y VHE.
  • Evitar prácticas sexuales de riesgo y, en todo caso, utilizar preservativos.
  • Evitar la realización de tatuajes, de piercings o inyectarse Botox® en locales que no estén debidamente acreditados para ello por las autoridades sanitarias.
  • Evitar compartir jeringuillas u otros dispositivos para la administración parenteral de drogas.
  • Recibir transfusiones sanguíneas en las instituciones hospitalarias de países extranjeros que dispongan de las debidas garantías.
  • Realizar una consulta previa a los viajes con destino a zonas geográficas donde la prevalencia de uno o más tipos virales de hepatitis sea elevada a fin de tomar las medidas profilácticas convenientes.
  • Realizar pruebas de detección de virus de hepatitis en la donación de sangre.
  • El profesional farmacéutico puede indicar los beneficios de la vacunación pediátrica sistemática, siguiendo las recomendaciones oficiales, así como de personas adultas sujetas a circunstancias de riesgo en función de su actividad profesional (personal sanitario, policías, etc.), por punción o inoculación accidental. Las vacunas de las Hepatitis A y B se les aplican a los niños durante los primeros meses de vida y en el caso de la Hepatitis C seguir su tratamiento puede ayudar al paciente a controlar la enfermedad.
  • Por último, los pacientes con hepatitis requieren unos cuidados especiales en cuanto a su alimentación, debido a la trascendencia metabólica del hígado. Así pues, el farmacéutico deberá ofrecer asesoramiento nutricional a estos pacientes.

Puedes descargar las infografías para difundir en este enlace 

 

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