"Lo que más nos gusta de nuestra profesión es el valor asistencial, la confianza que generas al paciente"
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María y Antón comparten una fuerte conexión con la farmacia, una tradición familiar que los marcó desde pequeños. María, hija de una farmacéutica con 45 años de trayectoria, siempre lo tuvo claro. Antón, parte de la segunda generación de farmacéuticos, creció rodeado de conversaciones sobre recetas, pacientes y medicamentos. Con el tiempo, ambos han descubierto que la farmacia es mucho más que una carrera, es una verdadera vocación.
María: Nací casi, casi en la farmacia. Mi madre es farmacéutica y durante 45 años ha estado en esta farmacia. Y siempre lo tuve claro, la verdad.
Antón: Al final un poco en relación con lo que comenta María, somos la segunda generación de farmacéuticos. Al final estamos cenando y comiendo, escuchando recetas, pacientes, medicamentos y más historias. Y dices, ¿y por qué no? Y luego ya nos hemos dado cuenta los dos a medida que ha pasado el tiempo, de que se ha convertido en una profesión vocacional.
¿Qué es lo que más os gusta de vuestra profesión?
Antón: De nuestra profesión lo que más me gusta es el valor asistencial, la confianza que generas al paciente. Y al final, como nos gusta decirlo, en un establecimiento sin puerta. Todo el mundo viene aquí, sin cita, sin ningún tipo de prejuicio, te cuentan toda su historia, los problemas y eso es realmente la confianza que se genera con el paciente.
María: Y bueno, añadir, además del trato con el paciente, la labor del farmacéutico tiene muchas áreas de gestión. Y a mí personalmente también me gusta todo el resto de las áreas, como puede ser gestionar el personal, gestionar compras... La verdad es que me gusta todo.
¿Alguna anécdota de tu trayectoria profesional?
María: En particular del COVID, no hacíamos más que decir a los pacientes que, por favor, se cambian la mascarilla, porque venían con unas mascarillas que les daban la vuelta para poder reutilizarlas, hasta negras... horrorosas. Y me hace mucha gracia también cuando piden por favor, ¿nos puedes dar el ‘locutorio’? o ¿el ‘opremazol’? Cambian las palabras de los medicamentos o de las cosas, y me hace mucha gracia.
Antón: Es verdad que la época del COVID fue para escribir un libro de notas, pero al final haciendo mostrador todos los días recoges alguna, pero al final, sobre todo lo que te entregan es cariño.
¿Qué significa ser delegados de zona?
Antón: Esto surge la necesidad de trasladar todo lo que genera un organismo institucional como es el Colegio de Farmacéuticos a todas las farmacias de nuestra zona. Es decir, hacemos de meros capilares. Y para nosotros significa generar un contenido de información que llegue desde la salida, desde el emisor hasta receptor y receptor transmisor, que es importante que sea bidireccional. Entonces, eso es realmente lo importante, que sea bidireccional.
María: A mí me pareció muy interesante cuando lo planteamos, porque al final el farmacéutico siempre ha trabajado muy aislado en su oficina de farmacia. Y bueno, cada vez más y sobre todo con esta figura, intentamos hacer que todos los farmacéuticos de la zona trabajemos conjuntamente con el mismo fin asistencial.
¿Qué aficiones tenéis fuera de la farmacia?
María: Mis aficiones a día de hoy, son mis tres pequeños. Pero cuando puedo me gusta mucho el deporte.
Antón: Yo igual. Cuando nos deja la familia, practico todo el deporte que puedo y, sobre todo, el deporte olímpico, que es comer cocido los domingos.
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