“Me gustaría que los farmacéuticos tuviésemos acceso a la historia clínica del paciente, y una comunicación directa entre el médico de Atención Primaria”
Contenido principal
Para Ana, la primera en su familia en convertirse en farmacéutica, su vocación llegó de niña. Considera que la figura del delegado es un eslabón esencial para estar perfectamente informados y coordinados.
¿Por qué me hice farmacéutica?
Yo no soy hija de farmacéuticos ni nieta tampoco. Soy la primera en toda mi familia que me he dedicado a esta magnífica profesión.
Había al lado de mi casa la farmacia a la que, las pocas veces que yo fuera con mis padres, allí estaba la farmacéutica que lo que hacía era ayudar a los pacientes con sus medicamentos, con sus enfermedades, y otras muchas cosas. Siempre con una sonrisa en la boca, siempre solucionando. Y yo dije: ¡tengo que ser como ella! Y cuando acabé la carrera me empecé a dedicar a mis pacientes, que en realidad es lo que lo que más me gusta.
¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?
Atender al paciente. Cuando viene aquí a por un medicamento, tiene que salir por la puerta sabiendo cómo se lo tiene que tomar cuándo se lo tiene que tomar, hasta cuándo, cómo tiene que manejarlo, qué pasa si no se lo toma... Es decir, hay que fortalecer también su adherencia al tratamiento.
Y hay otra parte también muy importante, que es que, muchas veces, el paciente viene a preguntarte por un problema de salud en concreto que tiene. Y ahí estamos también, no solamente yo, sino el equipo que tengo, asesorándole. Es decir, que después de unas preguntas determinadas, al final le vamos a indicar un tratamiento farmacológico, no farmacológico o simplemente darle un consejo para resolver ese problema de salud.
Cuéntanos alguna anécdota curiosa en tu trayectoria profesional.
Como anécdota que me haya impactado más, fue cuando abrí la farmacia aquí, hace 25 años, y opté por implantar servicios profesionales farmacéuticos, entre ellos, quería implantar el servicio personalizado de reacondicionamiento de medicamentos utilizando el SPD. Se lo ofrezco a un paciente, se lo preparo solamente para tres días, se lo cuento, vemos los dibujos que tiene (desayuno, comida y cena), le digo que cuando se lo haya terminado que vuelva y me cuente qué tal le ha ido…
Y viene al día siguiente y me dice señala ¡Mire qué bien lo he hecho! El blíster vacío. Se había tomado toda la medicación, los tres días, en un solo día, fijándose solamente en los dibujos del desayuno, comida y cena. Entonces, me digo: “Anita, algo has hecho muy mal aquí”. ¿Qué ha pasado? Empiezo a hablar con el más con el paciente y me dice que él no sabe leer ni escribir, y que no reconoce cuando es lunes, martes, miércoles... que él no lo sabe. Entonces me dije que tenía que poner una solución. Así que, se me ocurrió comprar pegatinas de las que en ese momento utilizaban mis hijos, de estas chiquititas de colores, porque él me dijo que los colores sí que los diferenciaba. Optamos por poner a cada día un color y con eso ya no tuvimos ningún problema. Se lo preparé para tres días más.
Vino todo contento. Él estaba súper orgulloso de que lo estaba haciendo bien y yo muy conforme de que le estaba ayudando realmente con su medicación. Así estuvimos cinco años hasta que el señor ingresó en una residencia. Todo un éxito para mí.
¿Qué significa para ti ser delegada del COFM?
Ser delegada del Colegio es algo bastante importante, porque realmente el delegado es como la correa de transmisión entre muchas cosas que el Colegio nos quiere comentar y los farmacéuticos que estamos aquí en Fuenlabrada. Creo que es importante porque hay muchas cosas que, si no te las cuentan directamente, a lo mejor se pierden y, sobre todo, porque el resto de los farmacéuticos que están aquí conmigo en Fuenlabrada tienen toda la información que el Colegio nos cuenta al resto de los delegados para que transmitamos enseguida, porque lo primero que hago es, a través del grupo de WhatsApp que tenemos, les cuento absolutamente todo, y si ellos tienen alguna duda o cualquier cosa hablan conmigo. Si yo lo puedo resolver lo resuelvo, y si no, directamente también lo transmito al Colegio.
Creo que es la manera de que estemos perfectamente informados de todo lo que tenemos que hacer, cómo lo tenemos que hacer y de cómo tenemos que actuar en nuestro día a día.
¿Qué pedirías a la profesión?
Pediría que fuésemos especialistas en farmacia comunitaria. Que realmente se implantasen los servicios farmacéuticos, profesionales, asistenciales y que estos fuesen remunerados. Tener acceso a la historia clínica del paciente, y tener una comunicación directa entre el médico de Atención Primaria y el farmacéutico comunitario.
Fin del contenido principal