Sarampión: conoce los riesgos y protégete
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El sarampión es una enfermedad muy contagiosa causada por un virus que se transmite por vía aérea a través del sistema respiratorio (estornudos o tos). Se caracteriza por la aparición de un cuadro de malestar, tos, conjuntivitis con lagrimeo, secreción nasal y fiebre creciente de 2-4 días de duración, seguido de un exantema (manchas rojas en la piel) en cabeza, tronco y extremidades. Otro signo característico son las manchas de Koplik (manchas blanquecinas dentro de la boca). Las personas infectadas transmiten el virus desde la aparición de los primeros síntomas hasta 3-5 días después de la aparición de las manchas.
Situación actual
El número de casos de sarampión está aumentando en el mundo. Los datos que proceden de Estados Unidos son alarmantes, hasta el 7 de marzo de 2025, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) reportaron 208 casos confirmados de sarampión en Texas y Nuevo México y se espera que aumenten ya que este brote continúa expandiéndose rápidamente. Las causas de este aumento de casos en EEUU pueden ser diversas, desde la elevada contagiosidad de la enfermedad hasta el rechazo a las vacunas.
En los países de la Unión Europea se han notificado 16.510 casos de sarampión durante el 2024, siendo Rumanía el país más afectado con el 72.9% de los casos.
España se encuentra en situación de eliminación de sarampión desde 2016 y cuenta con una cobertura nacional de vacunación superior al 90% con 2 dosis y al 95% con 1 dosis. A 23 de febrero de 2025, se han notificado 110 casos confirmados. A pesar de que la probabilidad de exposición aumenta por las altas cifras en otros países, el riesgo de infección en la población general en España se mantiene bajo debido a las elevadas coberturas de vacunación en nuestro país.
Recomendaciones de vacunación frente al sarampión en la Comunidad de Madrid
El sarampión junto con la rubeola es una enfermedad a erradicar y para ello necesitamos alcanzar y mantener coberturas de vacunación del 95% con dos dosis tanto a nivel nacional, autonómico como local.
En la Comunidad de Madrid, según el calendario de vacunación para toda la vida, se recomienda administrar una primera dosis de vacuna triple vírica (sarampión, rubeola y parotiditis) a los 12 meses de edad y administrar la primera dosis de vacuna frente a varicela en forma de vacuna monocomponente a los 15 meses. La segunda dosis frente a sarampión, rubeola, parotiditis y varicela se recomienda a los 3 años en forma de vacuna combinada tetravírica.
En la edad adulta, se recomienda la vacunación con 2 dosis de triple vírica separadas al menos 4 semanas a las personas adultas nacidas a partir de 1970 sin historia de vacunación. Si tienen una sola dosis, se administrará una segunda.
Los nacidos entre 1985-1988 y 1995-1998 se consideran bien vacunados si tienen dos dosis de vacuna triple vírica que incluya las cepas Jeryl Lynn o RIT 4385. Si no es así, se recomienda reforzar la inmunidad mediante la administración de una o dos dosis adicionales, según corresponda.
Al ser vacunas de virus vivos atenuados están contraindicadas en personas con inmunodeficiencia humoral o celular grave (primaria o adquirida) y embarazo. Las mujeres en edad fértil (15-49 años) deben evitar el embarazo en las cuatro semanas siguientes a la vacunación. Pacientes con tratamientos inmunosupresor (incluidas dosis altas de corticoides), deben consultar con su médico.
Falsos Mitos
La información que circula en redes acerca de las vacunas no siempre es la correcta. La inmunidad producida por la vacuna es similar a la producida por las infecciones, pero evitando las complicaciones que pueden dar las infecciones naturales.
Confiar en las acciones del resto de la población para proteger a tu hijo no vacunado solo funciona si todos los demás están vacunados. Si muchos padres adoptan esta actitud, el número de niños inmunizados será muy bajo y las enfermedades comenzarán a propagarse rápidamente. Además, algunas vacunas sólo protegen a la persona que se vacuna, por lo que es imprescindible su administración para prevenir la infección, ejemplo de ello es la vacuna del tétanos.
Consejos
- Vacúnate. Es la medida más eficaz para prevenir el sarampión.
- Comprueba tu situación vacunal. Si naciste después de 1970 y no tienes constancia de haber recibido las dos dosis de la vacuna, consulta con tu médico y/o farmacéutico.
- Conoce los síntomas del sarampión. Fiebre alta, tos, secreción nasal, conjuntivitis y erupción cutánea que comienza en la cara y se extiende al resto del cuerpo y manchas blanquecinas dentro de la boca.
- Evita el contagio. Si manifiestas síntomas compatibles con el sarampión, permanece en casa y contacta con el médico y/o farmacéutico para que te digan cómo proceder.
- Protege a los más vulnerables. La vacunación no solo te protege a ti, sino también a quienes no pueden vacunarse, como bebés menores de un año, personas inmunodeprimidas y embarazadas.
Recuerda
Si tienes dudas, consulta con tu farmacéutico. La vacunación correcta, saber identificar los signos y síntomas de la enfermedad, así como saber prevenir el contagio son de suma importancia para evitar el aumento de casos.
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