“Los farmacéuticos tenemos una sincera vocación de servicio y en ello debemos trabajar todos los días, ofreciendo una sonrisa y una ayuda al paciente”
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A Julia Iglesias le encanta ser farmacéutica porque le permite interactuar con las personas y ganar su confianza. En su papel como adjunta, defiende y resalta la importancia del trabajo y el esfuerzo que todos los adjuntos realizan a diario en las oficinas de farmacia.
En esta entrevista, Julia Iglesias, farmacéutica adjunta de la farmacia Artajona y delegada en la zona de Moncloa, subraya que los farmacéuticos somos un eslabón fundamental dentro del Sistema Sanitario. Considera que, al estar en contacto directo con los ciudadanos y brindar apoyo diario a los pacientes para resolver sus problemas, nos convertimos en profesionales indispensables para ello.
¿Por qué te hiciste farmacéutica?
Me hice farmacéutica porque, recuerdo cuando era pequeñita tuve ocasión de visitar la rebotica de unos conocidos, y aquello me fascinó. Las fórmulas magistrales que estaban preparando, el mortero, los albarelos, las plantas medicinales... Entonces, creo que se me quedó. Y cuando ya fui más mayor fui tomando la decisión, madurándola, y siempre fue mí primera y única opción ser farmacéutica.
¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?
Lo que más me gusta de mi profesión es el contacto con la gente. El contacto con el paciente, porque creo que todos los farmacéuticos, al fin y al cabo, tenemos una sincera vocación de servicio y en ello debemos trabajar todos los días, ofreciendo una sonrisa y una ayuda al paciente que, generalmente, viene a la farmacia con mucha tranquilidad y mucha confianza en su farmacéutico.
¿Qué aportáis los farmacéuticos a la sociedad?
Los farmacéuticos somos un eslabón muy importante dentro del Sistema Sanitario. Creo que, el hecho de estar a pie de calle, ofreciendo ayuda todos los días al paciente ayudándole a resolver sus problemas, nos hace ser unos profesionales imprescindibles para ello.
¿Qué significa para ti ser delegada del COFM?
Como adjunta, ser delegada de la zona de farmacias de Moncloa ha supuesto un reto, porque no somos muchos los farmacéuticos adjuntos que hemos tomado esta decisión de llevar un grupo en representación del Colegio. Y hemos conseguido hacer un grupo en el que yo creo que, poquito a poco, y siguiendo trabajando codo con codo, podemos hacer grandes cosas. Y nuestra intención, en principio, bueno, estar relacionados unos con otros, ayudarnos en todo lo que podamos, pero, sobre todo, transmitir la información de parte del Colegio de una manera más rápida, y tratar de resolver y ayudar en todo lo que podamos siempre unos a otros.
¿Qué aficiones tienes fuera de la farmacia?
La verdad que soy una persona muy casera. No necesito grandes planes para disfrutar de mi familia, de mi marido, de mis cinco hijos y nos gusta, sobre todo, escaparnos a la playa, disfrutar de un paseo a la orilla del mar, ver un amanecer. Y bueno, como una afición más reciente he retomado mis clases de baile flamenco, que hace mucho tiempo que bailaba y ahora pues estoy muy contenta y estoy encantada de haber vuelto a bailar.
Cuéntanos alguna anécdota curiosa de tu trayectoria profesional...
Anécdotas curiosas y divertidas son habituales en la farmacia. Las señoras mayores, por lo general, dan mucho juego. No tienen ningún pudor ni inconveniente en quitarse la ropa y mostrarte el sarpullido debajo del pecho. Luego son muy divertidas las formas complicadísimas que tienen de llamar a algunos medicamentos. El “Eso omeoprazol”, el “Zaldivar” Y nosotras también tenemos nuestras cosillas. Yo abro la cajonera y digo “sin ton ni son” y cojo un sintrom. “Valsartán y se cayó”, y es un Valsartán. O “entre esto y lo otro”, que también da mucho juego.
¿Qué crees que podría mejorar en tu sector en el futuro?
Para el futuro de nuestra profesión, me encantaría que los farmacéuticos pudiéramos desarrollar nuestra labor con mucha más libertad. Creo que estamos actualmente muy encorsetados, muy limitados y que podríamos ofrecer y dar mucho más en nuestro trabajo cada día. Y, por otra parte, ya que soy adjunta, me gustaría poner en valor la labor, el trabajo y el esfuerzo que todos los adjuntos desarrollamos cada día en las oficinas de farmacia.
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