Información divulgativa

El trastorno bipolar es una enfermedad mental que cursa con periodos de depresión que se alternan con periodos de manía, es decir, los pacientes tienen cambios inusuales en su estado de ánimo.

Los episodios del trastorno bipolar no son iguales que los altibajos anímicos normales que todos tenemos. Los cambios en el estado de ánimo son más extremos y van acompañados de cambios en el sueño, el nivel energía y la capacidad de pensar con claridad. Los síntomas bipolares son tan fuertes que suelen perjudicar las relaciones y la vida laboral del paciente, y en algunos casos más extremos esta conducta puede llegar a ser peligrosa, ya que los enfermos pueden intentar hacerse daño e incluso suicidarse.

Esta patología tiene un amplio abanico de formas clínicas en función de la intensidad y la frecuencia de los episodios sufridos.

Se desconoce su causa exacta, pero pueden estar implicados factores hereditarios, cambios en las concentraciones de neurotransmisores cerebrales y factores psicosociales.

Normalmente, el primer episodio lo sufre el paciente a una edad relativamente joven. La edad de comienzo se sitúa, como media, en torno a los 21 años. La prevalencia es similar en hombres y mujeres.

El trastorno bipolar se considera una patología de larga evolución y curso variable y su tratamiento está dirigido a controlar los síntomas. Normalmente, se combina el uso de medicamentos (antipsicóticos, antidepresivos, medicamentos para la ansiedad, etc.) con terapia psicológica, grupos de apoyo y educación socio-sanitaria, tanto para el propio paciente como para su círculo más cercano. Ofrecer un tratamiento psicosocial complementario al tratamiento farmacológico contribuye a mejorar el cumplimiento terapéutico y la adaptación de los pacientes y familiares a la enfermedad.