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Farmamundi, la ONG española con sede permanente en Guatemala, está trabajando para dar respuesta a los tres millones de personas se han visto afectadas por el huracán Eta a su paso por Nicaragua, Honduras y Guatemala, países que ya se encontraban en una situación muy complicada por el impacto de la pandemia de coronavirus, la desnutrición y la violencia. Esta cifra puede aumentar a medida que se consigue acceder a las zonas más aisladas. Existe peligro de que la situación provoque brotes de dengue, malaria y otras infecciones entre las personas que han tenido que ser evacuadas de sus hogares.

Para paliar esta situación, Farmamundi, la Asociación de Servicios Comunitarios de Salud (ASECSA) y FUNDEBASE han iniciado una intervención de emergencia con la asistencia alimentaria e higiene personal a familias de municipios de Huehuetenango y Quiché afectadas por la Depresión tropical ETA. En concreto, la actuación se centrará en los municipios de Chiantla, San Juan Ixcoy, San Pedro Soloma y Santa Eulalia, en el Departamento de Huehuetenango y en el municipio de Cunén, del departamento de Quiché.

Esta intervención es posible gracias a los convenios de emergencias que Farmamundi mantiene con la Xunta de Galicia, la Generalitat Valenciana y el apoyo del Fondo de Emergencias de Farmamundi.

La intervención, de acción directa en las comunidades prioriza la:

• Dotación de kits de alimentos, kits de medicamentos y kits de higiene para la atención de la población afectada.
• Dotación de insumos para la prevención de COVID-19.
• Jornadas de promoción y sensibilización de la higiene a nivel personal y familiar.
• Distribución de materiales de limpieza comunitaria.
• Atención médica a mujeres embarazadas, niños y niñas, así como personas de tercera edad, en situación de mayor vulnerabilidad.

Objetivo, reducir la desnutrición infantil en Guatemala

Con sede permanente en Guatemala desde hace más de 20 años, Farmamundi mantiene  convenios  y proyectos de cooperación en marcha en el país centrados en mejorar la salud sexual y reproductiva, así como la reducción de la mortalidad materna y de la desnutrición infantil. También se aborda la defensa del territorio ante la explotación minera a cielo abierto y se mantiene el apoyo a la población en la mejora del acceso al agua potable y el saneamiento ambiental.

En Guatemala, el 59,3% de la población se encuentra por debajo de la línea de la pobreza, y un 23,4% por debajo de la extrema pobreza (ENCOVI 2014). Se concentra además en el área rural y entre la población indígena (79,2%). “Siendo también el país con el menor gasto en salud de América Latina y el Caribe y baja inversión pública (2% PIB), el potencial de vulnerabilidad ante  el COVID-19 ha sido generalizado para la población nacional”, afirma la responsable de Acción Humanitaria de Farmamundi, Tania Montesinos.

La prevalencia de desnutrición crónica en el país es de 46.5% en menores de 5 años, por lo que esta población tiene una particular vulnerabilidad ante esta pandemia. Así mismo, los altos índices de pobreza, altos índices de desigualdad ajustada y bajos índices de desarrollo humano de comunidades rurales, en su mayoría indígena, fomentan su vulnerabilidad por el difícil acceso y baja cobertura de los servicios de salud. “En esta situación de pandemia por COVID-19, la pérdida de medios de vida y el incremento del precio de la canasta básica, repercute en los niveles de inseguridad alimentaria y nutricional, lo cual es un riesgo para el incremento de la desnutrición aguda, por ello es urgente esta nueva intervención”, concluye Montesinos.